Piso del Mar
Proyecto, producción y campaña de difusión de un “work in progress” de 25 días para la inauguración del MAR Museo de Arte Contemporáneo, en Mar del Plata, como una extensión de PISO, Programa de Infraestructura Solidaria de Weber
La acción artística desarrollada bajo el nombre Piso del Mar tuvo como objetivo principal la recuperación del espacio público mediante una experiencia de arte colaborativo. Esta propuesta fue concebida como una forma de acercar el arte a la comunidad, promoviendo la participación ciudadana en la construcción colectiva de cinco murales de gran escala. Las obras se instalaron sobre tres containers ubicados en puntos estratégicos del espacio urbano, que fueron intervenidos con obras de destacados artistas contemporáneos.
Piso del Mar se destacó por fomentar la apropiación simbólica del espacio mediante el arte, invitando a vecinos, turistas y visitantes a participar activamente en el proceso. Cada uno de los murales fue previamente diseñado y montado sobre malla, utilizando una técnica que permitió la interacción del público durante la aplicación de las piezas. A lo largo de los meses de verano, cientos de personas se sumaron para completar las composiciones, transformando la acción en una vivencia compartida.
Los containers intervenidos en el marco de Piso del Mar se convirtieron en puntos móviles de cultura. Al finalizar la actividad, fueron donados por la empresa WEBER SAINT-GOBAIN al Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, con el propósito de ser reutilizados como bibliotecas itinerantes. Esta decisión potenció el legado del proyecto más allá de su fase inicial, convirtiendo la obra en una herramienta de acceso a la lectura y la cultura en diferentes localidades de la provincia.
En paralelo, se diseñó una estrategia de comunicación integral que acompañó toda la iniciativa. Uno de los pilares fundamentales de esta estrategia fue el uso intensivo de redes sociales, que permitió generar un alto nivel de interactividad con el público. A través de publicaciones, transmisiones en vivo, convocatorias abiertas y coberturas del proceso en tiempo real, se logró construir una comunidad digital activa en torno a Piso del Mar. Esta campaña no solo sirvió para amplificar el alcance de la acción, sino que también fortaleció el vínculo emocional entre los participantes y la obra.
Como parte del registro del proceso, se realizó una producción audiovisual que documentó cada etapa del desarrollo de los murales. Este seguimiento incluyó entrevistas a los artistas, tomas del trabajo colectivo, escenas del montaje y testimonios de los participantes. El material editado fue utilizado para crear un video tipo “making of”, que funciona como memoria de Piso del Mar y también como herramienta de difusión para futuras iniciativas similares.
El impacto del proyecto se reflejó en los números: se estima que más de 300.000 personas visitaron los murales a lo largo del verano, mientras que más de 5.000 participaron activamente en la construcción de las obras. A esto se suman más de cien personalidades del ámbito cultural y artístico que se acercaron y participaron del proceso, consolidando la relevancia de Piso del Mar en el mapa cultural de la región.
Entre las figuras destacadas que se sumaron a la experiencia se encuentran Adriana Rosemberg, Rodrigo Alonso, Marta Minujín, Delia Cancela, Dalila Puzzovio, Roberto Jacoby, Margarita Paksa y Ricardo Blanco. También participaron los llamados Embajadores Weber, quienes colaboraron activamente en la difusión y el acompañamiento de la acción. Esta notable convocatoria motivó que la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Mar del Plata declarara la actividad de interés cultural, reconociendo su valor artístico y social.
Las obras que formaron parte de Piso del Mar fueron creadas por artistas de reconocida trayectoria como Cynthia Cohen, Fabián Burgos, Beto de Volder, el Grupo Sismo y Gastón Andreatta. El trabajo de trencadís —una técnica de mosaico que aportó textura y color a los murales— fue desarrollado por Agata Nayla Navarro de Armas en colaboración con los colectivos Trimarchi y Mundo Dios. La coordinación técnica general estuvo a cargo de Marité Svast, quien lideró la ejecución con profesionalismo y sensibilidad artística.
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