Concebido como una plataforma de visibilización, estímulo y encuentro, el Premio soy arquitecta no se limita a galardonar obras construidas, sino que reconoce también procesos, investigaciones, políticas públicas, gestión, comunicación y enseñanza, ámbitos que muchas veces quedan fuera del radar de los premios clásicos. En ese sentido, apunta a romper con las lógicas tradicionales de evaluación en arquitectura y abre espacio a miradas diversas y contextos múltiples, apostando por una arquitectura más democrática y representativa.

La organización del premio se estructuró en dos ciclos anuales. El primer año está destinado a la convocatoria y evaluación de postulaciones. La propuesta contempla tanto la postulación de candidatas por parte de terceros como la autopostulación, entendiendo que muchas arquitectas no cuentan con redes de visibilidad que impulsen su trabajo. Esto permite ampliar el universo de participación y generar una base de datos robusta y federal.

La primera etapa involucra una comisión de preselección formada por arquitectas de distintas provincias argentinas. Este equipo trabaja de manera colaborativa, relevando y evaluando las postulaciones con criterios que tienen en cuenta la calidad del trabajo, la innovación, el impacto social, cultural o ambiental y la pertinencia territorial. Esta mirada plural permite dar cuenta de las distintas realidades del ejercicio profesional en el país, enriqueciendo el proceso de selección.

Una vez realizada la preselección, el equipo del Premio soy arquitecta acompaña a cada participante durante dos meses, ofreciendo asistencia técnica y acompañamiento personalizado vía correo electrónico y chat. Este acompañamiento no solo mejora la presentación de las candidaturas, sino que también fortalece la red de arquitectas que se construye alrededor del premio. Se promueve así un espacio horizontal de diálogo, donde las participantes pueden intercambiar experiencias y sentirse parte de una comunidad profesional activa.

La etapa de evaluación final está a cargo de un jurado internacional conformado por referentes de la arquitectura con trayectorias destacadas y diversas miradas disciplinares. Esta instancia pone en valor la producción de las arquitectas argentinas desde una perspectiva global, y permite establecer diálogos con otros contextos y realidades. El resultado de este proceso se celebra con un evento de premiación que reúne a todas las protagonistas y al público general en una jornada festiva, reflexiva y colectiva.

El segundo año se dedica exclusivamente a la difusión de las producciones reconocidas. En este período se organizan múltiples actividades: talleres, exhibiciones, presentaciones públicas y presencia en medios de comunicación. La exhibición itinerante del Premio soy arquitecta recorre diferentes provincias del país, llevando consigo no solo los trabajos premiados, sino también la narrativa de una arquitectura viva, diversa y comprometida con los territorios.

Cada muestra se adapta al contexto local, incorporando actividades paralelas como charlas, mesas de debate o visitas guiadas, generando espacios de intercambio entre profesionales, estudiantes, autoridades y comunidad. Esta estrategia de territorialización del premio permite activar redes, descentralizar el acceso a la producción arquitectónica y consolidar un archivo colectivo del trabajo de las arquitectas argentinas.

La identidad visual del premio fue diseñada para transmitir los valores de inclusión, diversidad y potencia transformadora. El branding, los elementos gráficos, las bases y la comunicación general acompañan ese espíritu, dando lugar a una narrativa visual coherente con los objetivos del proyecto. Además, la gestión de la inscripción, la asistencia técnica, la convocatoria a juradas y la producción del evento de premiación se desarrollan con una lógica colaborativa, sustentada en el trabajo interdisciplinario del equipo que lleva adelante el proyecto.

El Premio soy arquitecta fue posible gracias al apoyo del Fondo Nacional de las Artes, que otorgó la Beca Creación en sus ediciones 2021 y 2023. Esta beca permitió consolidar el proceso de planificación y ejecución del proyecto, fortaleciendo su proyección federal y su capacidad de incidencia en el campo profesional. El comité organizador, integrado por Victoria Baeza, Paula Lavarello y Claudia Faena, diseñó un modelo de trabajo que articula lo institucional, lo técnico y lo cultural, generando un impacto que trasciende el evento mismo.

Más allá del reconocimiento individual, el Premio soy arquitecta tiene como horizonte estratégico la transformación de las estructuras simbólicas y materiales que han limitado históricamente la participación equitativa de las mujeres en arquitectura. Cada edición del premio construye una nueva capa de visibilidad, abre nuevas preguntas y propone formas más inclusivas de pensar y hacer arquitectura.

En definitiva, este premio no solo reconoce trayectorias y producciones, sino que funciona como un motor de cambio. Una herramienta para imaginar futuros más justos y diversos en el ejercicio profesional de la arquitectura en Argentina. El Premio soy arquitecta es una invitación a seguir construyendo colectivamente una disciplina que represente a todas las voces que la habitan.

El Premio es bianual porque desarrollamos el proceso en dos grandes etapas:

AÑO 1/ POSTULACIÓN postulación y autopostulación 
COMISIÓN DE PRESELECCIÓN trabajo de arquitectas de diferentes provincias donde referenciamos e investigamos en sus realidades y contextos diferentes, DIVERSIDAD en una selección de arquitectas para siguiente instancia
ACOMPAÑAMIENTO A LAS PRESELECCIONADAS durante 2 meses via email y chat 
JURADAS INTERNACIONALES diversidad en miradas, selección de ganadoras. EVENTO DE PREMIACIÓN.

AÑO 2/ DIFUSIÓN. Diversas actividades y acciones con la produccion de las arquitectas argentinas
Talleres
Exhibición itinerante por todo el país
Presencia en encuentros y medios