uruguay argentina, agenda 2030
Crear un espacio de diálogo entre profesionales del Río de la Plata fue el punto de partida para repensar el presente y proyectar el futuro de la arquitectura y la construcción en clave regional.
El encuentro fue impulsado por la Sociedad de Arquitectos de Uruguay (SAU), la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (APPCU), la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU) y la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA), contando con el auspicio de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos (FPAA) y con el acompañamiento académico de tres instituciones clave: la Escuela Superior de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Morón, la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República (UDELAR) y la Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT.
Con una curaduría orientada a abordar problemáticas concretas desde múltiples enfoques, se desarrolló una agenda compuesta por cuatro mesas temáticas. Cada una fue pensada para detonar conversaciones sustantivas en torno a los ejes más relevantes relacionados con el desarrollo sostenible aplicado al territorio rioplatense. Las mesas fueron integradas por arquitectos, desarrolladores, representantes del sector público, docentes universitarios y especialistas en sostenibilidad, economía circular y tecnología aplicada.
La primera mesa, titulada Nuevos compromisos y nuevas herramientas de sostenibilidad, puso el foco en la necesidad de establecer estándares que dialoguen con los objetivos globales propuestos. Se debatieron metodologías y marcos normativos que podrían ser adaptados a las realidades de ambas naciones, identificando brechas y oportunidades para implementar modelos más justos, inclusivos y sostenibles en el proceso de diseño, planificación y ejecución de obras. Se hizo especial énfasis en la importancia de traducir los principios establecidos en acciones específicas del sector.
La segunda mesa abordó La economía circular en la construcción. Aquí se discutió cómo transformar los paradigmas actuales, aún anclados en una lógica lineal, hacia una visión integral de circularidad que implique un rediseño completo del ciclo constructivo. Se presentaron experiencias innovadoras que evidencian la viabilidad de este modelo, desde el uso de materiales reciclados hasta nuevos esquemas de gestión de residuos, pasando por estrategias de mantenimiento prolongado y reutilización de infraestructuras existentes. Esta mesa propuso comprender la economía circular como un cambio de paradigma que debe atravesar tanto la formación profesional como las políticas públicas y las decisiones de inversión privada.
La tercera mesa, Tecnología en el proyecto y en la construcción, exploró las oportunidades que ofrece la incorporación de herramientas tecnológicas en todas las etapas del proceso constructivo. Se analizaron casos en los que el uso de sistemas de modelado BIM, impresión 3D, sensores de eficiencia energética y softwares de simulación ambiental permitieron materializar obras más responsables con su entorno. El debate giró en torno a cómo lograr que estas tecnologías, muchas veces vistas como costosas o inaccesibles, puedan integrarse en el día a día de los estudios y empresas de los países involucrados, promoviendo una arquitectura que piense desde el diseño el impacto que generará.
Por último, la cuarta mesa titulada Posibilidades de cooperación pública y privada e integración regional planteó la necesidad de articular esfuerzos entre sectores y naciones para alcanzar objetivos comunes. Se conversó sobre mecanismos de cooperación, creación de fondos compartidos, programas bilaterales de capacitación y movilidad profesional, y sobre el rol que pueden cumplir las instituciones en generar marcos estables para facilitar la colaboración. Se destacó especialmente el potencial de fortalecer la relación bilateral como modelo de integración regional para abordar desafíos que son compartidos: el acceso a la vivienda, la eficiencia energética, la resiliencia urbana y el crecimiento sostenible de las ciudades.
El evento fue diseñado con una estructura que permitió combinar las exposiciones con instancias de diálogo abierto. Se promovió la participación activa del público tanto presencial como virtualmente, gracias a un sistema de transmisión en línea que facilitó el acceso a profesionales de todo el país y de la región. La producción integral incluyó curaduría de contenidos, guión del evento, selección y contacto con los invitados, coordinación técnica y logística, y acompañamiento comunicacional antes, durante y después de la jornada. En este marco, se difundieron cápsulas audiovisuales con fragmentos de las ponencias, entrevistas a participantes y materiales de reflexión, ampliando el impacto del encuentro más allá de su día de realización.
Los medios aliados también jugaron un rol clave. La cobertura brindada por El País, El Gallito Inmuebles y Guía de la Construcción permitió que el contenido llegara a audiencias diversas, incluyendo desarrolladores, estudiantes, responsables de políticas públicas y actores de la sociedad civil. Esta visibilidad fue fundamental para instalar el debate sobre el desarrollo sostenible en el corazón del ámbito profesional de ambos países.
La experiencia dejó en evidencia que existe una voluntad compartida de avanzar hacia una arquitectura y una industria de la construcción que no sólo sea más sustentable, sino también más justa, integrada y consciente del impacto que genera. En este sentido, se asumió el compromiso de continuar trabajando en red, generando espacios de formación, intercambio y cooperación que mantengan vivo el espíritu de esta jornada y den lugar a nuevas acciones concretas.
Los retos que impone el futuro no son simples ni de resolución inmediata, pero eventos como este demuestran que es posible avanzar cuando existe decisión, articulación y una visión común. Con sus trayectorias complementarias, estas dos naciones tienen la oportunidad de liderar una transformación profunda en la manera de pensar, proyectar y construir el hábitat. Una transformación que solo puede concretarse si se mantiene viva la conversación entre quienes diseñan, construyen, regulan, investigan y enseñan la arquitectura del futuro.




